Reportaje: comodidad frente a piratería
En España se piratea contenido digital, mucho y bien. Aunque el término piratear no nos gusta asumirlo a casi ninguno, muchos hemos de reconocer que en alguna ocasión hemos tirado de algún contenido por el que deberíamos de haber pagado pero no lo hicimos. En España somos piratas, no todos, pero tenemos cierta tendencia. Quizá te estarás preguntando qué es eso de ser pirata digital. El término piratería asociado a la descarga y utilización de copias no autorizadas por el propietario de los derechos de autor es un poco exagerado si realmente lo comparamos con los viejos piratas de la mar. No hay tanta violencia física, si bien las cifras que se manejan alrededor de la piratería dan mucho que pensar sobre los daños que se puede estar haciendo a algunos sectores creativos y sobre todo a las oportunidades laborales que se pueden estar desaprovechando. Si recurrimos a los estudios que sobre la piratería se llevan a cabo en España es muy probable que nos encontremos con algunas cifras impactantes. Podemos tomar como referencia los que viene realizando La Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos en los últimos 7 años y que se encuentra bajo el título “Observatorio de la piratería”. La última versión data de 2015 y ahí podemos ver que la piratería en España está en auge. Nos gusta acceder a todo tipo de contenidos y los accesos a contenidos pirateados se reparten entre series, videojuegos, libros y también, cómo no, el fútbol. Uno de los elementos a los que se suele recurrir como motivo del crecimiento de esta tendencia es a la falta de consecuencias legales para los infractores. En el año 2015 se accedió ilegalmente a 4.307 millones de contenidos online que suponen un valor de mercado de 24.058 millones de euros. Si pensamos en el beneficio que se ha dejado de obtener, lo que se conoce como el lucro cesante, asciende a los 1.669 millones de euros. El pirata nace y se hace

Esta es una de las grandes cuestiones que mantienen alejados a los productores y distribuidores de contenido y a los usuarios finales que disfrutan de sus productos. Si entre todos se escuchasen sin intereses de por medio todo sería más fácil y probablemente se podría llegar a un acuerdo por el que todos saliesen beneficiados. Si fuese fácil ya estaría hecho. No lo es. Por parte de los usuarios existe la creencia arraigada de que los contenidos originales son demasiado caros y que si el precio fuese más ajustado los llegaríamos a pagar. También se pone de parte de los usuarios como

elemento que facilita el pirateo que el acceso a los contenidos se realiza de forma muy ágil y sencilla o que si ya se está pagando la conexión a Internet al proveedor de servicios todo lo que consuma debería de estar incluido en la tarifa. Y aunque nos parezcan cada vez menos justificables, todavía existen algunas personas que indican que “lo hace todo el mundo”, “no hago daño a nadie” o que “no va a pasar nada por hacerlo”. Todos estos motivos cada vez tienen menos fundamento y los servicios que se ofrecen a través de algunos proveedores comienzan a ser competitivos incluso para lo que es “gratuito”.

"Por parte de los usuarios existe la creencia arraigada de que los contenidos originales son demasiado caros y que si el precio fuese más ajustado los llegaríamos a pagar"
La piratería tiene los días contados

Ya que estas actividades que pueden constituir un delito provocan tantas pérdidas como se reportan anualmente, lo lógico sería que se tomasen medidas. En este apartado coincidimos con otros países en cuanto a la elección de las mismas, sin embargo las que son más conocidas por los españoles consultados en el último informe del Observatorio de la piratería (marzo de 2016) están orientadas al cierre del acceso a las páginas de contenidos o al conocimiento de las campañas de concienciación social sobre estas actividades delictivas. Y además, si bien en algunos países deciden poner puertas al campo restringiendo el uso de Internet, en España esta medida se considera la menos efectiva a la hora de combatir esta tendencia. También son muchos los que consideran que puede

tener mucha efectividad las sanciones a los proveedores de Internet que ofrezcan acceso a contenidos cuyos derechos están protegidos. Y aquí se encuentra una de las cuestiones más peliagudas del asunto ya que más de la tercera parte de los usuarios a los que se les consulta sobre si mantendrían su ancho de banda si no pudiesen descargar contenidos manifiestan que no, ya que su necesidad principal está en las descargas. También desde la Comunidad Europea (CE) se está intentando atajar la distribución ilegal de contenidos. Una de las medidas que proponen es un “Mercado Único Digital” con el que se pretende lograr una colaboración con las plataformas que alojan contenidos, como Youtube, a las que se exigirá un aumento de los niveles de control para proteger a los propietarios de los derechos de autor.

Siempre hay una alternativa

La situación de la piratería en España tendría menos posibilidades de triunfar si las alternativas reales a las descargas fuesen mejores. Así las opciones que están disponibles para descargar contenidos digitales o visualizarlos online apuestan por hacer fácil la vida del usuario, ajustar sus precios por el gran volumen que ofrecen a los artistas y productores y estar atentos a las peticiones de los usuarios. En este sentido

en España uno de los grandes hitos se produjo con la entrada del gigante Netflix que con una oferta que parte de los 7,99€ mes se convierte en muy interesante para muchos usuarios. Es muy fácil de utilizar en cualquier dispositivo conectado, ofrece muchas ayudas a la visualización como recordar lo que estabas viendo, cuáles son tus preferencias o mantener un perfil de usuario totalmente individualizado al que solo tú podrás acceder mediante

tu contraseña.

"Son muchos ya los conjuntos familiares o grupos de amigos que deciden aprovechar un cuenta múltiple de la que disfrutar hasta 6 usuarios"

Este servicio ha conseguido que muchas personas se olviden de las dificultades que en algunos casos les ha proporcionado el negocio de las descargas y además ha abierto las puertas a otros que estaban más o menos aletargados. Este es el caso de Wuaki TV., todo un videoclub online desde el que acceder a infinidad de películas y series de forma sencilla y con un precio muy interesante que parte de los 6,99€ para acceder a contenidos de su “Selection” en modo tarifa plana, películas para poder comprar por un precio que ronda los 11€ además de muchos alquileres de películas que parten de los 1,99€ y van hasta los 3,99€. Toda una oferta muy interesante que comparte modelo con la sección de vídeo de la iTunes Store y en algunos casos unos precios muy similares, claro que los de Apple en este caso no nos ofrecen la tarifa plana que sí ofrecen Wuaki TV o Netflix.

 

Otra de las tendencias que también están consiguiendo que muchos usuarios dejen de hacer descargas, en este caso de música, son las que ofrecen servicios como Apple Music o Spotify con sus ofertas familiares.

 

Son muchos ya los conjuntos familiares o grupos de amigos que deciden aprovechar

una cuenta múltiple de la que disfrutar hasta 6 usuarios por menos de 3€ de coste al mes para cada uno. Un precio que se aleja de los 9,99€ mes que cuesta una suscripción individual y que ya hace que muchos se planteen si este sistema les merece la pena frente a la simplicidad del pirateo ágil y efectivo además de poco costoso.

 

Esta oferta que empieza a ser consistente y vemos cómo estos modelos se irán extendiendo al resto de plataformas de ocio y entretenimiento desde los que podremos acceder a eventos deportivos, libros o videojuegos de una forma incluso más sencilla que la que nos ofrece la piratería. Si a esto le sumamos el hecho de que muchos sitios dedicados a facilitar el acceso a contenidos protegidos por los derechos de autor han ido cayendo bajo las manos de la justicia en los últimos años, podemos prever un panorama en el que los usuarios elijamos calidad, servicio y fiabilidad frente a la opción menos segura que ofrece el ámbito de la piratería. Un campo en el que va a jugar un papel importante la capacidad de incorporar nuevas ideas por parte de los piratas y también por parte de las empresas proveedoras de contenidos digitales. Sin duda será una guerra con mil batallas que valdrá la pena presenciar.